El cultivo del tomate es afectado por un gran número de enfermedades causadas por hongos del suelo y nematodos. Estos últimos son una de las plagas de mayor impacto en el rendimiento y la calidad del cultivo, provocando importantes pérdidas económicas. Los nematodos se hospedan en las raíces y producen nódulos

El tomate es un cultivo hortícola esencial en todo el mundo, pero es susceptible a diversas plagas y enfermedades. Entre ellas, los nematodos son las plagas más dañinas que causan importantes pérdidas de rendimiento. Los nematodos son organismos microscópicos parecidos a gusanos que viven en el suelo y se alimentan de las raíces de las plantas, causándoles graves daños. Estas plagas pueden ser difíciles de detectar en sus primeras fases, lo que dificulta su control.

Conociendo al enemigo

Los nematodos presentan una gran diversidad, con más de 20,000 especies clasificadas. Estos parásitos son organismos microscópicos, que se alimentan y desarrollan en las raíces de los cultivos. Son pequeños endoparásitos de apenas 2 mm, pertenecientes a la especie Meloidogyne sp. encargada de formar nódulos en las raíces de sus plantas huéspedes. En ocasiones la hembra adulta se ensancha notoriamente en el interior de los tejidos radicales, produciendo el llamado "nódulo o nudo de la raíz", características del género Meloidogyne.

Su aparato digestivo, consiste en boca, esófago e intestino. La boca, en la mayor parte de los nemátodos está provista de una estructura semejante a una aguja hipodérmica, conocida como "estilete", con la cual se alimentan y succionan el jugo celular de las raíces. Al mismo tiempo inyecta secreciones toxicas que destruyen las células, provocando deformaciones en la zona afectada. Sumado al daño directo que provocan, las heridas que dejan en las plantas son una puerta de acceso para algunos hongos, bacterias o virus.

Son enemigos ocultos, ya que no se ven, pero sí sus efectos nocivos sobre la planta a densidades altas de población. Son difíciles de controlar, ya que con una sola larva que ataque la raíz del cultivo es suficiente para provocar su muerte debido a la masiva reproducción que se desata.

Impacto de los nematodos en las plantas de tomate

Los nematodos pueden tener un impacto significativo en las plantas de tomate, afectando al sistema radicular de la planta, lo que provoca una reducción de la absorción de agua y nutrientes, marchitamiento y retraso del crecimiento. Esto se traduce en una reducción del rendimiento y la calidad de la cosecha de tomate, con importantes pérdidas económicas para los agricultores. Además, las plantas de tomate infestadas de nematodos son más susceptibles a otras enfermedades y plagas, lo que reduce aún más el rendimiento.

Las enfermedades producidas por los nematodos a las plantas son complejas, ya que pueden actuar solos o en compañía de otros agentes dañinos. Se conocen varias enfermedades procedentes de la interacción hongos – nematodos. Así pues, la marchitez causada por Fusarium aumenta en severidad e incidencia cuando las plantas están infectadas también por nematodos. Se han observado también efectos similares en interacciones con Verticillium, Pythium, Rhizoctonia y Phytophthora, aunque en ninguno de estos casos el nematodo transmite al hongo.

Síntomas de la infestación por nematodos

En ataques leves, es difícil diagnosticar la presencia de nemátodos, y es posible confundir los síntomas con aquellos producidos por una falta de riego, de nutrientes u otras plagas. Los síntomas que resultan de la infestación con nemátodos incluyen: marchitez, detención del desarrollo, hinchazones y nódulos en las raíces, amarillamiento y deformaciones de brotes, enanismo, falta de vigor y productividad.

Medidas de control de los nematodos

El control de los nematodos puede resultar complicado debido al tamaño microscópico de la plaga y a su capacidad para reproducirse rápidamente. Es crucial detectar la infestación en las primeras fases y adoptar medidas de control para reducir su impacto. Dada su complejidad, una sola práctica de control suele ser insuficiente para mantener sus poblaciones por debajo de los umbrales de daño. Puede ser preciso integrar distintas opciones de manejo del suelo, que a la vez protejan y compensen al cultivo de las lesiones producidas.

Para controlar los nemátodos en el cultivo del tomate, se utilizan diversas medidas de manejo integrado de plagas (MIP), que incluyen medidas preventivas, culturales, biológicas y químicas.

Entre las medidas preventivas se encuentra la rotación de cultivos, que consiste en alternar el cultivo de tomate con otros cultivos no susceptibles a los nemátodos, como cereales o leguminosas. También se puede utilizar la solarización del suelo, que implica cubrir el suelo con plástico transparente durante varios meses para aumentar la temperatura y matar los nemátodos presentes.

Las medidas culturales incluyen la selección de variedades resistentes a los nemátodos y el manejo adecuado de la fertilización y el riego para evitar el estrés en las plantas y reducir su susceptibilidad a las enfermedades.

Las medidas biológicas implican la utilización de organismos benéficos, como hongos y bacterias, que pueden controlar los nemátodos. Por ejemplo, la aplicación de bacterias del género Bacillus o la utilización de hongos del género Trichoderma ha demostrado ser efectiva en el control de los nemátodos.

Los bioestimulantes constituyen una herramienta biológica útil para aumentar la provisión de nutrientes a la planta e inducir respuestas positivas sobre el crecimiento, el rendimiento y la sanidad del cultivo. Son productos formulados en base a microorganismos, hongos o bacterias promotoras del crecimiento vegetal, o agentes de control biológico.

Estos organismos habitan normalmente en el entorno de las raíces y ejercen efectos positivos a través de mecanismos de acción directos e indirectos. Entre ellos, las rizobacterias benéficas se encuentran en forma libre en la rizósfera de la planta o asociadas en la superficie de las raíces. Al colonizar el sistema radical activan o mejoran un mecanismo natural, preexistente de defensa de las plantas, denominado resistencia sistémica inducida; promueven el crecimiento de la planta y previenen el establecimiento de patógenos.

Algunas de estas rizobacterias, muestran actividad nematicida como agentes de biocontrol. La rizobacteria Pseudomonas fluorescens produce metabolitos secundarios que inducen la mortalidad de huevos de nematodos y de juveniles infecciosos. También, las rizobacterias del género Bacillus, actúan sobre diversos nematodos fitoparásitos. Bacillus amyloliquefaciens es una bacteria grampositiva que prolifera y ocupa el sustrato, disminuyendo el impacto de enfermedades fúngicas. Se utiliza comúnmente como biopesticida y biofertilizante en la agricultura. Produce compuestos antimicrobianos que ayudan a controlar las plagas y enfermedades de las plantas, y también ayuda a descomponer los nutrientes del suelo y hacerlos más accesibles.

Algunos bioestimulantes con comprobada eficacia incluyen extractos de algas en su composición. Por ejemplo, la ecklonia máxima se utiliza como bioestimulante para mejorar el crecimiento y la resistencia de las plantas. Se ha demostrado que los extractos de esta alga contienen compuestos que estimulan la actividad de las enzimas que ayudan a la absorción de nutrientes y a la fotosíntesis. Además, los extractos de Ecklonia máxima pueden reducir el estrés oxidativo y mejorar la tolerancia de las plantas a factores abióticos como la sequía y la salinidad. También ha demostrado mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos, así como reducir la necesidad de pesticidas. La utilización de esta alga como bioestimulante es compatible con la agricultura orgánica y sostenible, lo que la convierte en una opción atractiva para los agricultores que buscan reducir su impacto ambiental.

Por último, las medidas químicas implican la aplicación de nematicidas, que son productos químicos que matan los nemátodos. Sin embargo, el uso excesivo de nematicidas puede tener efectos negativos en el suelo y en el medio ambiente en general, por lo que se recomienda utilizarlos con precaución y siguiendo las recomendaciones del fabricante.

Vitanica^® RZ es un fertilizante líquido enriquecido con extracto de algas y Bacillus amyloliquefaciens cepa R6-CDX. Actúa tanto por vía foliar como radicular reforzando el crecimiento y el establecimiento de los cultivos.

Reduce el estrés post trasplante gracias a la combinación de los efectos bioestimulante de Ecklonia máxima con el efecto competencia de Bacillus con patógenos fúngicos, limitando el desarrollo de hongos (antagonismo). Compite por sustrato en la rizósfera con los patógenos de las plantas, produciendo hormonas que permiten lograr un mayor crecimiento radicular.

En conclusión, el control de nemátodos en el cultivo del tomate requiere la implementación de medidas de manejo integrado de plagas (MIP). La combinación adecuada de estas medidas puede reducir significativamente los efectos negativos de los nemátodos en el cultivo del tomate.