En 2018, previsiblemente, tendremos aprobado un nuevo Reglamento Europeo de Fertilizantes en la UE. Este nuevo reglamento ha sido objeto de análisis y jornadas de debate en dos asociaciones de las que formamos parte:
- AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes) con su Jornada Técnica ‘Proyecto del Reglamento Europeo de Fertilizantes UE’.
- Fertilizers Europe, con jornadas y documentación sobre la nueva regulación a lo largo de todo 2016.
Además, si se quiere profundizar en el tema, recomendamos la lectura de la entrevista realizada por Revista Tierras a Victoria Cadahía Bielza en calidad de Directora Técnica de la Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes.
Desde COMPO EXPERT queremos unirnos a este análisis y profundizar en un segmento de los fertilizantes que se verá afectado por esta normativa: los Fertilizantes de Liberación Controlada (CRFs).
Sin embargo, empecemos por el principio…
¿Qué son los Fertilizantes de Liberación Controlada?
Los Fertilizantes de Liberación Controlada (CRFs) son fertilizantes granulados con cumplimiento mineral según normativa CE; solubles en agua revestidos por una fina capa de polímero elástico con propiedades barrera.
Este recubrimiento permite un control en la liberación de nutrientes, que puede abarcar periodos que van desde los 2 a los 16 meses según las propiedades barrera del polímero. Tras la liberación del nutriente, los fragmentos de los recubrimientos se degradan lentamente, sin dejar rastro en el suelo.
¿Cómo trabajan los Fertilizantes de Liberación Controlada?
De forma resumida, el modo de acción de estos fertilizantes sería el siguiente:
- Los CRFs se distribuyen por el cultivo en forma de gránulos.
- El agua penetra en el gránulo a través del recubrimiento.
- El agua disuelve el nutriente vegetal creando una presión osmótica sobre la pared del recubrimiento.
- Debido a esta presión, el nutriente es liberado, poco a poco, al suelo donde la planta lo toma para crecer.
- Tras la liberación del fertilizante, el recubrimiento se rompe en fragmentos y se degrada paulatinamente en función de las condiciones de suelo y clima.
¿Qué aportan a la agricultura y viverismo los Fertilizantes de Liberación Controlada?
Debido a sus características y su forma de actuación, los CRFs permiten reemplazar el uso de fertilizantes menos eficientes y alinearse con los protocolos medioambientales que se exigen a día de hoy (reducción de la contaminación de acuíferos por nitratos y reducción de la volatilización en forma de gases invernaderos).
Además, permiten reducir el uso de materia fertilizante hasta un 30-60%, dependiendo de las condiciones climáticas y el tipo de suelo, debido a su eficiencia en el aporte de nutriente vegetal.
Un factor importante para optar por estos fertilizantes en la agricultura de regadío es que reduce la lixiviación (hasta el 80%) ya que el agua de riego, o de lluvia, solo arrastra los nutrientes que se encuentran fuera de los gránulos. En este sentido, se ha comprobado que reduce la volatilización de la urea, ya que se encuentra protegida por el polímero.
Como punto adicional, la liberación controlada de nutrientes nos permite sincronizar el aporte de abono a los requerimientos del ciclo del cultivo con tan solo una aplicación.
Para terminar, en las prácticas donde es necesaria una permanencia del fertilizante mayor a 1 mes:
- tipo de incorporación del fertilizante: en hoyo de plantación con raíz desnuda o cepellón;
- cultivos sensibles a la salinidad;
- suelos ligeros con alta lixiviación de nutrientes;
nos proporciona a una ventaja incuestionable: EL ABONO DE REFERENCIA CON LA MÁXIMA EFICIENCIA EN EL APORTE DE NUTRIENTES.
¿Qué sectores se benefician de los Fertilizantes de Liberación Controlada?
Los sectores que más se benefician, y por tanto los que pueden desabastecerse de cualquier abono recubierto debido a la propuesta de regulación, son:
- Productores de Planta Ornamental
- Áreas Verdes y Jardinería
- Productores de Planteles de Hortalizas y Frutales, Vid, Frutos Rojos,…etc.
- Productores de Sustratos
Estos sectores se quedarían sin este tipo de fertilizantes, ámpliamente usados en la actualidad, y que han sido usados globalmente desde hace décadas. Recordemos que estamos hablando de un sector que, solo en la UE, genera un valor de más 7 billones de €, dando empleo a 130.000 personas con sus 25.000 viveros.
¿Los CRFs ante la nueva legislación?
La Comisión Europea, con su Proyecto de Reglamento de Fertilizantes propone que 3 años después de la aprobación de dicho reglamento, los Fertilizantes Recubiertos (CRFs) deberán cumplir con los requisitos de biodegradabilidad muy específicos recogidos en el Anexo II CMC10, y que resumimos a continuación:
Periodo de degradación del recubrimiento (al 90%) utilizado en el CRFs de 1 año (en la mejor estimación).
Un requisito que responde en gran medida a la gestión del plástico en el campo principalmente usado en materiales de cubierta, acolchado,… sin tener en cuenta las particularidades de los polímeros utilizados en CRFs. Esta medida no permite en la actualidad adaptar las tecnologías de recubrimiento con garantías de cumplir la función de la capsula y su liberación controlada con la longevidad necesaria.
La consecuencia inmediata nos lleva a que los nuevos materiales y las técnicas utilizadas no podrán adaptarse en dicho periodo de tiempo, y dejará a los Fertilizantes de Liberación Controlada en una situación de total prohibición para la agricultura de la UE.
Y, como hemos mencionado antes, estos sectores de la UE correrán un grave riesgo, compitiendo en desigualdad de condiciones a nivel internacional.
Nuestra petición a la Comisión Europea
Desde COMPO EXPERT, con apoyo de Fertilizers Europe representada por los fabricantes de abonos recubiertos (ICL, HAIFA, PLANTACOTE y COMPO EXPERT), pedimos a la comisión de trabajo de CE que:
- Realizar una evaluación de impacto sobre las medidas propuestas para los polímeros biodegradables.
- Adaptar los métodos de ensayo antes de la adopción de los criterios de degradación.
- Tiempo para realizar pruebas de degradación requeridas en la nueva regulación.
- Establecer criterios y estándares comunes para toda la industria.
En definitiva, estimamos que son necesarios 5 años para establecer criterios, realizar pruebas y desarrollar las nuevas tecnologías que se adapten a la nueva regulación, si no queremos que uno de los sectores de la agricultura de la UE más competitivos pierda su posición a nivel mundial a favor de otros mercados fuera del espacio comunitario.