Y es que, dentro de los problemas que limitan el progreso del sector, está una desigualdad intrincada y estructural que afecta a muy distintos ámbitos del sector: alcanzar una igualdad real entre hombres y mujeres es el principal reto al que se enfrenta la agricultura en España.

La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerína, un ejemplo de que cada vez más mujeres acceden a cargos de alta responsabilidad, afirmó en unas declaraciones que el “papel fundamental” que desempeñan las mujeres en el sector agroalimentario español es uno de los activos más importantes en la recuperación económica.

Además, ha afirmado que está convencida de que el liderazgo femenino es un factor clave e indispensable para el desarrollo económico y la cohesión social en cualquier ámbito de actividad.