Tomate
Un buen plan de abonado del tomate con un buen fertilizante para tomate es crucial, ya que este requiere grandes cantidades de nutrientes. En los tomates cultivados con riego por goteo, el crecimiento de las raíces se produce principalmente en los primeros 20 cm. El tomate es sensible a la anoxia, que influye en el nutriente absorbido, por lo que el riego frecuente es importante, así como un suelo estructurado medio ligero. El tomate es una hortaliza perenne-anual, lo que significa que puede tener varios ciclos de cosecha desde el cuajado hasta el tamaño y la madurez del fruto, de modo que el crecimiento vegetativo y generativo se producen al mismo tiempo después del primer cuajado. Esto es un aspecto importante, porque determina la forma en que debemos realizar el abonado del tomate. Esto requiere una relación NPK equilibrada que maximice la producción, pero que no afecte al crecimiento continuo. En caso de exceso de potasio, las futuras cosechas podrían verse comprometidas con pobres tallos nuevos y una menor floración. El calcio es un nutriente clave, ya que el cultivo del tomate es muy sensible a un desorden fisiológico relacionado con el calcio, B.E.R. (Blossom End Rot). Los oligoelementos son muy importantes en la fertilización del tomate ya que hay varias cosechas y un crecimiento continuo de nuevas puntas. Cada vez está más extendido el uso de bioestimulantes para el cultivo del tomate, ya que mejoran el desarrollo de la planta y una excelente nutrición con fertilizantes para tomates de calidad.