Típicamente, la uva de mesa prefiere climas con inviernos suaves y veranos secos, y suelos arenosos con una baja concentración de sodio. La fertilización de las plantas tiene como objetivo asegurar un diámetro de fruta de > 20 mm, dulzura, muy buena coloración, así como resistencia contra los daños durante el transporte a los mercados. Por esta razón, es esencial establecer un programa nutricional equilibrado para obtener frutos con el tamaño deseado, que contengan una alta materia seca y un alto contenido de azúcar.
Las variedades de uva para mesa que más se producen en México son Flame seedless, Sugraone, Red globe y Perlette. Sonora aporta 94.3% del total nacional del fruto, seguido de Zacatecas.
Las ventas externas mexicanas de la fruta se realizaron con 13 países; principalmente a Estados Unidos y Japón.